La celulitis es un proceso que empieza en la fase comatosa de nuestra piel. Sin que nos demos cuenta vamos reteniendo líquidos en el tejido denominado conectivo. Luego se van formando grupos de 8 a 10 adipositos a los que se denominan micromódulos.
Cuando nuestra piel ya cuenta con celulitis pasó a la fase esclerosa. En ella los lóbulos de grasas se encuentran envueltos por las fibras conjuntivas y se convierten en macronódulos. Estos macronódulos alteran nuestra circulación sanguínea reteniendo líquido y empujando hacia arriba a la epidermis. Las fibras conjuntivas envejecen, se van retrayendo y tirando hacia el interior los puntos de anclaje. Entonces notaremos nuestra piel con la textura de una naranja.
Sobre la celulitis se ha dicho mucho y han aparecido muchos tratamientos que no nos brindan el resultado soñado. Para desmitificar un poco el tema contaremos algunas verdades y otras mentiras:
Es falso que si usamos tacos altos provocaríamos a nuestro organismo a tener celulitis. Lo que si pasa cuando superamos los 3 cm de taco es que tengamos una postura antinatural de nuestro pie.
Es verdadero que ciertas pastillas anticonceptivas ayuden a retener más líquido y que provoquen la aparición de celulitis porque contienen bastantes estrógenos.
Es falso que solo las mujeres que tienen sobrepeso desarrollen celulitis.
Es cierto que sean más propensas porque tienen más ácidos grasos, pero las mujeres delgadas también pueden tenerla en alguna zona de su cuerpo y por otras causas.
Es verdadero que lucir ropa ajustada, como jeans, cinturones o bombachas con elásticos extremadamente apretados sean un obstáculo para la circulación de nuestra sangre.
Es falso que para evitar la celulitis hay que tomar dos litros de agua por día. En promedio una persona debe beber 30 mililitros de agua por cada kilo de su cuerpo. Si una mujer ronda los 60 kilos debe tomar un litro y 8000. Pero también debes tener en cuenta que en los alimentos también hay agua. Por ejemplo, las pastas cuentan con un 40% de agua.
Es verdadero que fumar, tomar café o alcohol en demasía ayudan a aumentar los niveles de ácidos grasos en la circulación. Por este motivo es aconsejable beber solo una taza de café por día y 100 mililitros de vino tinto, porque es antioxidante.
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